¿GANAMOS LOS MALOS CHILENOS?

Por Dr. Ariel Ulloa Azocar, ex alcalde de Concepción

Muchos de quienes votamos “en contra” en un plebiscito que dio por tierra con la propuesta constitucional de los seguidores de José Antonio Kast ¿somos malos chilenos? Me lo pregunto recordando las palabras pronunciadas por la abogada Beatriz Hevia presidenta del Consejo Constitucional el 7 de noviembre pasado cuando hizo entrega del Proyecto Constitucional, hoy rechazado, al presidente de la República. Efectivamente ella, parafraseando un editorial del periódico portaliano La Bandera Tricolor del año 1833 a propósito del proyecto constitucional que los conservadores de Portales entregaban a Chile, llamó a los “chilenos verdaderos” a aprobar la propuesta que ella, quizá sintiéndose una suerte de Portales de origen alemán, entregaba al presidente en ese “histórico día”. Fue un error pero no el único…vendrían luego el famoso “que se jodan” utilizado incluso en la franja del apruebo, la catarata de insultos a la ex presidenta Bachelet ante su defensa pública del aborto en tres causales y los derechos de las mujeres, la soberbia de los grandes empresarios entregando dinero a raudales para lograr una constitución meridianamente acorde con sus intereses, el conservadurismo rampante que rezumaba en el conjunto y cada uno de los artículos de un proyecto que evidentemente constituían el proyecto de gobierno de una partido, el Partido Republicano , se pretendió plebiscitar , no al proyecto presentado, sino al gobierno etc. Pero los “malos chilenos” nos dimos cuenta de las trampas y el resultado está allí.

Sin embargo, ¿basta con mencionar estos errores para explicar un resultado? Absolutamente no. Este resultado hay que leerlo en clave del conjunto del proceso que comenzó con el llamado estallido social. El acuerdo del 15 de noviembre 2019 suscrito por todas las fuerzas políticas menos el Partido Comunista que abrió paso al proceso constitucional, nos llevó al cambio de la constitución de 1980. De esta manera se dio la partida a un proceso muy complejo. Se eligió una Convención Constitucional con clara predominancia de sectores maximalistas de izquierda de tinte anarquizante e identitario. La consigna fue …Chile avanza sin partidos. Se elaboró entonces un proyecto refundacional que no unía al país. Plebiscitado tal proyecto el resultado fue un aplastante rechazo. El reflujo de la izquierda, aun estando en el gobierno, resultó evidente. La derecha y la ultraderecha hicieron una mala lectura de ese resultado concluyendo que había llegado la hora de la restauración conservadora total. Craso error. Se eligió entonces un Consejo Constitucional en el cual la extrema derecha del Partido Republicano con derecho a veto. En tales condiciones, Kast y su equipo del Opus Dei, estimaron que era su hora y redactar un proyecto que era peor que la Constitución de 1980. Se les pasó la mano sostuvo un comentarista político de derecha conocido. El electorado se expresó masivamente y optó por rechazar de manera aplastante. Una vez más, esta vez los “malos chilenos”, rechazamos el maximalismo …de derecha en este caso.

El plebiscito del domingo 17 cierra evidentemente el largo y tedioso proceso abierto hace 4 años. Las aguas vuelven a su cauce.  Está entonces muy claro y espero que la izquierda en su conjunto lo comprenda, en Chile no existe espacio para los maximalismos, sean estos de izquierda o derecha. El gran cauce que el electorado ha abierto es un espacio de centro en el cual caben la centroizquierda con un gran Partido Socialista de una gran capacidad negociadora, moderno y progresista que repose en su rica historia pero que deje atrás todo vestigio de antiguos dogmatismos que se derrumbaron con el muro de Berlín hace casi 40 años, y con una capacidad de alianza con una DC renovada y un PC que asuma con fuerza la nueva realidad. Es en ese espacio donde, desde sus ideas, debe actuar políticamente una derecha renovada y liberal que comprenda que es necesario superar el neoliberalismo y que la guerra fría terminó hace más de 30 años.

Los “malos chilenos” triunfante hoy debemos dar ejemplo de sabiduría pues, como dijo el presidente Boric, “no hay nada que celebrar”, solo hay tiempo para construir y hacer de Chile un gran país.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error

Suscríbite a nuestro Blog :)

Instagram